Comentario:
la
ruta del ébola empieza en nuestros coches
El presente escrito versa sobre el artículo elaborado por Gustavo Duch en La
Jornada de México el día 23 de noviembre de 2014. Su eje principal es el de intentar
hacernos ver como múltiples enfermedades tales como la malaria, el dengue, las vacas
locas y la gripe A son padecimientos consecuentes de las diversas decisiones tomadas por
los seres humanos. Los cuales cumplen su afán de querer conseguir todo aquello que
deseamos a cualquier precio.
No obstante, la noticia se caracteriza por su especificación en el virus del Ébola,
el cual, es una de las enfermedades más graves que existen actualmente y que, al igual
que las anteriores es provocada por nuestra necesidad de adquirir todo aquello que
queramos. Específicamente el Ébola, aunque personalmente no lo sabía, su origen
previene por una parte de la implantación de un modelo de agricultura diseñado para
generar materias primas, despreocupándose del bienestar del resto de la población y, por
otro lado, provocado por las transformaciones cualitativas desarrolladas en el medio
ambiente como la deforestación, el acaparamiento de recursos naturales, la especulación
de tierras y la elaboración del monocultivo para la exportación. Consecuentemente el
empobrecimiento se ha incrementado debido a la necesidad de expandir la agricultura
monocultiva a la exportación lo que favoreció la transmisión del Ébola. Los murciélagos
frugívoros son en realidad, los portadores originarios del virus, estos son atraídos por las
plantaciones de palma aceitera o palma africanas las cuales han aumentado su plantación
debido a su utilización para elaborar la gasolina.
Con respeto a mi punto de vita, personalmente, solo puedo destacar aspectos
negativos. Resalto, la idea que la mayoría de los seres humanos tienen sobre la limitación
de los recursos naturales, debemos tener en cuenta que son agotables y no están solamente
están para nuestra disposición. Y otro de los factores influenciados es el de la necesidad
que tiene el ser humano de adquirir todo aquello que desea sin importar el precio, sea
afectando a la fauna, a la flora o poniendo en peligro a nuestra propia especie. En mi
opinión, deberíamos empezar a darnos cuenta que si no cuidamos todo aquello que
tenemos podemos empeorar nuestra calidad de vida y, por tanto, la de nuestros
descendientes junto con nuestro planeta.
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